Otra vez estamos en el Valle de Tena para disfrutar de las montañas del Pirineo. Esta vez lo hemos hecho bien entrada la primavera, y aunque las predicciones del tiempo auguraban más de un chaparrón, los tres días que hemos estado aquí los hemos disfrutado a tope.
Como la vez anterior hemos elegido Tramacastilla de Tena como centro de operaciones. El sitio donde nos quedaríamos es Casa Patro, y no pudimos hacer mejor elección. No solo por que los apartamentos son muy chulos a un precio más que asequible, si no por cómo nos ha tratado su dueño. Nos ha proporcionado información de las rutas que podíamos hacer. Y es que el Valle de Tena no es solo para los que van a esquiar, lo ha entendido perfectamente.
La ruta del Ibón de la Sierra nos la dijo él como alternativa a otra que íbamos a hacer nosotros. Es más nos proporcionó la llave de la valla para llegar con coche a la base de la senda que nos conduciría a nuestro destino.
Partimos con coche desde Tramacastilla hacia Sandinies, y en la rotonda giramos a la izquierda para meternos por una pista en bastante buen estado. La altitud en este punto es de 1250 metros, e iremos ganando progresivamente con el coche hasta encontrarnos con la barrera. Nos costó abrirla, pero damos fe que se puede, sólo hay que intentarlo una y otra vez. Hasta aquí son 2,5 kilómetros y una altitud de 1410 metros. Seguimos la pista que ya hicimos hace meses andando hasta el Ibón de Tramacastilla o Das Paules.
Esta vez lo veríamos sin nada de nieve, nos pareció bastante más bonito como lo vimos la otra vez.
A la izquierda del Ibón de Tramacastilla sigue la pista hasta una ganadería. A la derecha se puede ver el embalse de Escarra. Nosotros seguimos con el coche por la pista que nos lleva a la izquierda. A esta zona se la conoce como Mallata de Acumuer, y fue precisamente aquí donde vimos a las primeras marmotas del día. Muy esquivas se iban avisando unas a otras que ya llegábamos y tocaba esconderse, aun así las vimos corretear por todo el valle.
El coche lo dejamos a pocos metros, cuando ya la pista de arena se acaba y da paso al verde que predomina en el valle. Las vistas desde aquí quitan el hipo, con Punta Escarra dominando el circo y el resto de la Sierra de la Partacua y el Circo de Telera a la izquierda.
Ya a pie cruzamos un riachuelo que baja con bastante fuerza. Delante tenemos una valla que impide que el ganado entre en esta zona. El acceso fácil y directo al Ibón de la Sierra se hace por un camino que surge a la derecha, pero nosotros (por desconocimiento) tiramos rumbo a Punta Escarra.
Para cruzar la valla o bien lo haces por debajo o pasas por unas rocas puestas para tal fin. Nosotros elegimos la segunda.
Una vez en el valle seguimos rumbo a Punta Escarra ganando altitud poco a poco. Como estábamos totalmente solos (no es una ruta que haga mucha gente) no dejamos de ver marmotas en todo el recorrido. Los gritos más parecían a los de halcones, pero eran ellas que se avisaban unas a otras antes de meterse en sus madrigueras. Curioso roedor que pudimos ver bastante cerca.
El hábitat original de las marmotas no era precisamente El Pirineo Español. Su origen está en los Alpes y en el monte Tantra. La forma en la que se introdujeron en el Pirineo fue por medio de los cazadores. En 1948 las fueron integrando en el Pirineo Francés con el fin de proporcionar comida para las agilas reales y que estas dejaran en paz a los sarrios para poder cazarlos. Luego se fueron pasando al Pirineo Español, y ya forman parte del ecosistema de Huesca de una manera perenne.
Como no sabíamos muy bien donde quedaba el Ibón, nosotros seguimos ganando altura en dirección a Punta Escarra. A nuestra izquierda podemos ver una imponente pared que nos va descubriendo sus montañas a la vez que vamos avanzando.
Un buen rato andando, y ni rastro del Ibón. Aquí teníamos claro que nos habíamos equivocado al iniciar la ruta, pero seguimos disfrutando del paisaje, y seguramente algo bueno nos encontraríamos cuando subiéramos a la parte más alta. Mientras tanto seguimos disfrutando de los colores que sólo se pueden ver en primavera. Muchísimo verde y florecillas de colores por todos los lados y manadas de sarrios que iban a beber a los riachuelos que se forman después de que se funda la nieve. Ah, y muchísimas marmotas correteando por todos los sitios. Descubrimos que no sólo hacen sus madrigueras en la tierra si no que aprovechan también las rocas para esconderse.
Subimos hasta unos 2050 metros de altitud y ni rastro del Ibón. Eso sí, las vistas de la sierra de Partacua quitaban el hipo. Llegamos hasta la base de Punta Escarra, desde donde todavía había nieve.
En vez de bajar por el mismo camino optamos por seguir por nuestra izquierda con la esperanza de que la bajada fuera más suave, y cuál fue nuestra sorpresa que ahí estaba nuestro objetivo, un pequeño lago natural, el Ibón de la Sierra. Lo fuimos recorriendo admirando las vistas desde todos los lados, y viendo los reflejos que daba sobre el pico más alto, el Punta Escarra. Todo un ejemplo de belleza natural estaba ante nuestros ojos, sólo cabía descansar, tomarnos un tentempié y disfrutar del silencio de la naturaleza.
En el Ibón pudimos ver a la Rana Pirenaica, un anfibio muy pequeño que fue descubierto en 1990, y que habita en las aguas de este Ibón. Su hábitat natural son estos torrentes fríos de aguas de montaña, encontrándose en altitudes superiores a los 1000 metros, y sobre todo en Navarra y en Ordesa
La vuelta la intentamos realizar siguiendo por la parte izquierda, pero no vimos una ruta clara que fuera fácil, más bien teníamos que bajar bruscamente al collado. Así que volvimos por nuestros pasos hasta dar con el coche.
El Ibón se encuentra a unos 1930 metros de altitud, y en el total de la ruta habíamos recorrido algo más de diez kilómetros, con un tiempo esplendido y totalmente solos.
La última sorpresa fue ver atardecer sobre el Ibón de Tramacastilla y la preciosa estampa de la sierra bañada con la luz de la luna.
Es mejor que no te lo cuenten, hay que vivirlo. Pero si de momento no podéis, aquí están unas cuantas fotos de la ruta.
Y el Video que grabamos ese día
Lo mejor esta por llegar 
Ayer subí al ibón de la Sierra e hizo un día fantástico. Para subir por el que camino (antiguo GR-11) tienes que subir toda la valla hacia la derecha hasta que encuentras una puerta y desde allí hay un camino fácil para llegar al ibón en 1 h y 15 min desde donde dejaste el coche o bien desde donde la pista de arena se acaba seguir unas rodadas de un coche que te llevaran directamente a la puerta.
Nosotros también nos alojamos en Casa Patrol y nos dejó la llave que como dices es díficil de abrir hasta que coges el truquillo.
Hola
Gracias por el comentario.
Tal y como dices, si se quiere hacer más directo es mejor ir por la derecha. Nuestro «fallo» fué que preguntamos a unos pescadores y nos dijeron que mejor por la izquierda. En fin, disfrutamos de un dia expléndido y un entorno precioso.
Saluds