Como en los días anteriores a las siete ya estábamos arriba, preparar las cosas, y a desayunar rápidamente que tenemos una tirada hasta nuestro primer objetivo del día, Wadi Mugib. Cometimos el error de preguntarle al del hotel como se iba para ver la garganta de Wadi Mugib. Primeramente nos indicó mal para coger la carretera en dirección al sur, y estuvimos un buen rato conduciendo en sentido hacia Amman. Cuando nos dimos cuenta ya llevábamos 15 minutos y tuvimos que dar la vuelta regresando a Madaba, para finalmente reencontrarnos con la carretera del rey, y encauzar bien nuestro destino.
El trayecto iba a ser largo, y tampoco no sabíamos si íbamos a encontrar gasolineras para repostar. Es conveniente hacerlo en las grandes ciudades, luego es complicado encontrar gasolineras. Le pusimos 10.5 JD y continuamos nuestro camino.
Llegamos a un pueblo en que el paisaje es maravilloso, unas montañas escarpadas con una presa. Paramos a hacer unas fotos y en un control de policía preguntamos y nos dicen que el rio que vemos es el Mugib y que el parque nacional queda muy lejos. El colega del hotel se ha vuelto a confundir y por este camino no podíamos ver la garganta. Nos ha fastidiado, y ya no hay posibilidad de poder hacer la excursión, así que como no nos quedaba otra que seguir el camino.
Sobre las 11.20 llegamos a Karak. Esta ciudad, tiene su principal atracción en la visita del castillo. Imponente, está construido a 900 metros sobre el nivel del mar, y desde él se tienen unas magníficas vistas de toda la ciudad, e incluso se puede ver el mar muerto en días soleados. Este castillo es uno de los más importantes de la zona, por su estado de conservación y por ser fortaleza de las cruzadas.
La entrada cuesta 1 JD por persona (1 JD precio 2013). Disfrutamos de sus murallas durante una hora, tiempo suficiente para perderte por sus innumerables salas y pasadizos. Ya en la ciudad aprovechamos para cambiar dinero, por 200 euros nos dieron 185 JD. Y también compramos botellas de agua para tenerlas en el coche. (pack de 6 botellas 2 JD).
El siguiente punto del día era llegar a la reserva de Dana, y poder dar un paseíllo por allí. No teníamos intención de hacer ninguna ruta ni nada. Llegamos a Dana sobre las 14.55 con tiempo suficiente para hacer lo que nos habíamos planteado, pero un bus se quedó estropeado en una de las calles, no dejando pasar a nadie, y armando un lio tremendo. De repente llega la policía y nos hace aparcar en una explanada para que nadie pueda aparcar detrás de nosotros y no podamos salir. Visto lo visto ha sido todo un detalle 8).
Un paseíto por el pueblo de Dana y ya nos dimos cuenta que es un sitio para perderse no solo unas horas. Se pueden hacer toda clase de rutas senderistas al cañón, o ascensión a picos. Desde el pueblo se tienen unas magníficas vistas de todo el cañón y a unas montañas de roca rojiza que nos invitan a bajar. Esta si es una buena excusa para volver a Jordania. Estuvimos una hora más o menos, disfrutando de la paz del sitio, y de un tentempié.
De camino a Wadi Musa paramos para hacer unas fotos en el castillo de Shobak que nos pillaba de paso. Otro vestigio de las cruzadas, fue construido para proteger el comercio entre Siria y Egipto. Habiendo visto Karak no nos apetecía mucho pasar, y nos conformamos con verlo desde la carretera. Al igual que los otros castillos que habíamos visto, la estampa es espectacular.
Por fin llegamos a Wadi Musa a las cinco y media, con tiempo suficiente de relajarnos y poder hacer algo por la tarde noche. Aunque habíamos reservado habitación con baño, no había disponibilidad para ese día, así que nos dieron una sin baño. Pero lo pero no era eso, los colchones estaban totalmente pasados, y para no clavarnos los muelles tuvimos que poner todas las mantas encima. La parte positiva es que era barato, y que sólo fue un día pues al siguiente nos cambiaron de habitación.
Compramos en el hotel 2 entradas para ver Petra by night, 12 JD persona. Con nuestro coche nos fuimos al centro de visitantes, desde donde parte el espectáculo nocturno de Petra. Este sólo se hace los lunes, miércoles y jueves de cada semana, y se pueden comprar las entradas tanto en los hoteles como en el centro de visitantes. A las ocho y media nos emplazan a todos a la entrada. Hay bastante gente y aunque nos han dicho que fuésemos todos en silencio la gente va hablando como si estuviera en su casa.
Es el primer contacto que tenemos con Petra, con una de las maravillas del mundo, y con la razón para venir a Jordania. Pasito a pasito vamos avanzando por el Siq entre cientos de velas que bordean este majestuoso pasillo. La sensación es un tanto rara, Petra es colorido y aquí estamos viendo todo lo contario, calidez y oscuridad. Lo que se pretende es crear un ambiente de “misticismo” antes de llegar al Tesoro, y se consigue en parte.
Cuando llegas a la explanada es como una gran explosión, lo tienes en frente, cientos de velas lo iluminan. Te van sentado en la explanada, aunque nosotros preferimos ponernos en unos bancos que hay en uno de los extremos.
Mientras vamos empezando a que toda la gente llegue, nos da tiempo a tomarnos un tentempié que habíamos traído. Poco a poco se completa todo el aforo y da comienzo el espectáculo. Primero toca un tío una guitarra un largo rato, después otro toca una flauta y por último otro comienza a contar historias de Petra y el Tesoro.
Petra by night es un quiero y no puedo. Sí que es cierto que mola al principio cuando vas caminando por el Siq todo iluminado, pero luego el espectáculo de música tradicional se nos hizo un poco pesado. Cuando el tío empezó a contar historias la mitad de la gente ya se había ido, y nosotros no aguantamos mucho más. Nos gustó más volver al centro de visitantes casi en solitario con las velas que habían quedado.
Nuestro consejo es que si vas a ver el espectáculo Petra by Night, por que como nosotros te has “emperrado” en ello jeje, es mejor que lo hagas antes de ver Petra de día. 8)
Llegamos al coche a las 22:30. Ahora toca preparar las cosas que mañana cambiamos de habitación.
Lo mejor esta por llegar 